









Pero pocos saben la otra gran pasión de Tyler, los coches. Pero no cualquier tipo de coche, los coches clásicos. Junto a su shaping room, Tyler tiene un taller donde restaura esas reliquias que tanto le gustan. Pule, crea piezas y transforma, retoca motores y deja viejas glorias del asfalto en estado impecable, listas para durar por varios años más.
Voy a apuntar en la lista de proyectos el hacer una visita a su taller la próxima vez que viaje a California a visitar a la family, creo que es una visita que no debería dejar de hacer, contemplar esos longboards en vivo y en directo y de paso echarle un vistazo a sus coches.
Un saludo y buen domingo, FER